
Por eso La Biblia nos motiva a seguir sus pasos; Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. (Filipenses 2:5-11).
Jesús Murió por nosotros ya que era necesario ser limpios de nuestra mala manera de vivir que heredamos de nuestros padres. Nada puede limpiar al ser Humano de su pecado no existe un detergente con la capacidad de limpiar las marcas de nuestras heridas solo la sangre de Jesucristo derramada en la cruz (1 pedro 1:18-19).
Por todo esto mencionado el Padre le entrego esa potestad y toda rodilla se doblara y confesara con su boca que Jesús es El Señor, él tiene todo el poder de juzgar al mundo, por lo tanto es necesario que el Señorío de Jesús Gobierne Nuestras Vidas.
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